Desde el 6 al 9 de junio, más de 120 jóvenes de la Provincia Santa María de los Andes fueron parte de la Asamblea Juvenil Marista en Chosica, Perú. Representando a nuestro Instituto, viajó Matías Herrera, de tercero medio, y María Francisca González, ex alumna del colegio, quienes se mostraron muy contentos en su retorno al país.

Bajo el lema “Juventud, rostro joven de Dios ¡Atrévete, sé la diferencia!”, se llevó a cabo este encuentro que pretendía ser una instancia, para escuchar la opinión de los jóvenes sobre cómo ven este nuevo recomenzar de la Congregación, para ir enriqueciendo el camino que se lleva e ir respondiendo a los signos de los tiempos.

Además, se instó a los participantes a descubrir los caminos de la Pastoral Juvenil Marista del futuro. En este sentido, el mensaje de nuestro Superior General, Hno. Emili Turú, estuvo centrado en invitarlos a vivir las tres “s”: servicio, silencio y sororidad, dimensiones que se deben experimentar unidas en nuestra evidencia del Evangelio.

Cada uno de estos conceptos fue trabajado por un país a través de diversas actividades como visita a hogares, reflexiones en comunidades e instancias de descubrimiento personal y con Dios. A Chile le tocó el “silencio”, oportunidad donde se vivió un momento muy especial, ya que los jóvenes recordaron al Hno. Luis Cornejo.

También hubo tiempo para la recreación. El último día, los 120 participantes conocieron Lima y tuvieron una agradable velada de despedida en el colegio de esta ciudad.

De regreso en Chile, los representantes de nuestro colegio valoraron la experiencia vivida y destacaron la unidad que existe entre los maristas. Para Matías esta Asamblea “fue muy enriquecedora, porque pude compartir con jóvenes de otros colegios maristas. En todas las actividades fuimos uno: maristas, independiente del lugar de donde veníamos, todos estamos unidos en un mismo objetivo y misión que es ser marista”, sostiene.

En tanto, su compañera de viaje, María Francisca, señala que “me sirvió para darme cuenta de que a pesar de nuestras diferencias, todos vamos en un mismo camino, siguiendo los pasos de San Marcelino. Además, la fraternidad que logramos tener entre países, desde el primer día que estuvimos juntos, es lo más lindo que nos llevamos a casa”.